viernes, 28 de junio de 2013

Tortas de pan: desayunos y meriendas sanos y naturales

La primera receta de nuestra hornada ha llegado a nuestros paladares desde un pueblo de Albacete gracias a Rosa, que no dudó en compartir una receta sana y de toda la vida con nosotros.

Id preparando los ingredientes porque, sin duda, se va a convertir en uno de vuestros desayunos y meriendas preferidos, con el que triunfaréis entre vuestros familiares y amigos de una forma sencilla y, como dice Arguiñano, “rica,rica”.



Ingredientes necesarios para preparar las tortas.
 
Estos son nuestros ingredientes:

  • Harina de fuerza: 125 gramos.
  • Harina de trigo: 125 gramos.
  • Agua: entre 125 y 150 mililitros.
  • Sal: 1 pizca.
  • 10 gramos de levadura liofilizada o 25 gramos de levadura prensada de panadero.
  • Aceite.
  • Azúcar.

A estos ingredientes podéis añadir, si tenéis, un pedazo de masa madre que podéis conseguir dejando fermentar un trozo de la misma masa que vamos a utilizar para realizar nuestras tortas durante un día en el frigorífico. La primera vez no hace falta que tengáis masa madre, pero si guardáis un pedacito de la masa para el próximo día estarán aún más ricas.

El primer paso para elaborar las tortas es hacer un volcán con las dos harinas, la sal y la levadura. Podéis hacerlo en un bol o sobre una superficie limpia.

Nosotros hemos preferido hacerlo en un bol para ensuciar menos.


Volcán listo para añadir el agua.

A continuación agregamos todo el agua a nuestro volcán y mezclamos los ingredientes.


Comenzamos a mezclar la masa.

Seguimos amasando hasta obtener una masa homogénea, que no se quede pegada a las manos. Si veis que la masa ha quedado demasiado dura o muy pegajosa… ¡No os preocupéis! Podéis añadir agua, en el caso de que haya quedado dura, o harina, en el caso de quedar demasiado blanda, hasta obtener la textura adecuada. Sólo hay un problema, podéis terminar con masa para todo un mes.


Así ha quedado nuestra masa.


Una vez obtenida la textura adecuada, dejamos reposar la masa durante al menos 30 minutos tapada con un paño limpio para evitar que se haga costra.

Pasado el tiempo de reposo, ponemos al fuego una sartén con abundante aceite para freír nuestra masa. 

Para dar la forma adecuada a nuestras tortas debemos dividir la masa (dependiendo del tamaño del que queramos hacer las tortas), hacemos una bola con cada porción y la estiramos con las manos.

Estiramos la masa para obtener la forma deseada.

Debéis tener en cuenta que dependiendo del grosor de la torta quedará más o menos crujiente.

A continuación, con el aceite bien caliente, freír las tortas en la sartén hasta que estén doradas y poner en un plato con papel de cocina para quitar el aceite sobrante.


Una vez doradas añadimos el azúcar para que se adhiera a la torta.

Una vez doradas, y aún en caliente, añadimos azúcar a la torta espolvoreándolo.

¡Ya tenemos lista nuestra merienda!

¡A merendar!


Aprovechad y comedlas calentitas que están aún más ricas.

 

miércoles, 26 de junio de 2013

Al pan, pan y al vino, vino


Llegan a mi memoria recuerdos de mi niñez. Una niñez en la que el tomate sabía a tomate, el chocolate a cacao y el pan, como no, a pan.  ¿Quién no echaría de menos eso?
Ahora los tiempos han cambiado: el pan es precocinado, el chocolate lleva químicos y el tomate sabe a… ¿A qué saben los tomates del supermercado?
Los niños de hoy en día, si este blog no logra evitarlo, no sabrán lo que es comer pan de verdad, de ese que lleva masa madre y por el que el panadero se levanta antes de que salga el sol. Tampoco sabrán lo que es pasar una tarde con su abuelo al sol mientras corta el mismo el pan redondo para hacer unas migas manchegas o una mañana haciendo rosquillas con la abuela sin dejar que la masa llegue a freírse en la sartén. Umm… ¡Qué rica estaba la masa cruda!
En esos dulces, que reunían a la familia alrededor del horno o la sartén, no había ni colorantes ni conservantes. Lo que sí había era una sabor intenso a  huevos de corral, a naranja de las que uno coge directamente de los árboles, anís cogido el campo, etc. Nada de sabores embotados.
Ese es el objetivo de este humilde blog que, sin olvidar las últimas tendencias, pretende recuperar el sabor de los dulces y panes tradicionales, los que saben a tarde de domingo, a momentos felices, a comidas familiares… ¡No los que saben a prisas y tienen entre sus ingredientes componentes numerados!

Esperamos que disfrutéis con nuestras recetas.

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